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Amigos son los amigos: Pílades y el coro de argivas en Orestes de Eurípides
Resumen: En el presente trabajo propongo estudiar las relaciones de philía en la tragedia Orestes de Eurípides, haciendo foco en las expectativas respecto de la forma de conducirse que supone el hecho de ser varón o mujer. Para ello, en primer lugar, analizaré el vínculo entre el protagonista y Pílades, quien no teme el contacto con Orestes y consigue evitar que se suicide. Se trata de una diferencia notable respecto del accionar de Menelao, pariente de sangre de los hijos de Agamenón, que parece llegar a Argos para salvar a sus sobrinos, pero finalmente conspira contra ellos. Luego abordaré la relación de Electra con el Coro, destacada desde el punto de vista formal, ya que la párodo y el tercer estásimo constituyen diálogos líricos. La comparación entre la interacción de las argivas y el modelo de Pílades y Orestes permitirá indagar la incidencia de las mujeres en la trama.
Palabras clave: Amistad, Tragedia, Eurípides, Orestes.
Friends will be friends: Pilades and the Chorus of Argives in Euripides' Orestes
Abstract: In the present work, I propose to study the relations of philía in Euripides’ Orestes, focusing on the gender of the characters. First, I will analyze the link between the protagonist and Pilades, who does not fear the contact with Orestes and manages to avoid suicide. This is a remarkable difference regarding the actions of Menelaus, a blood relative of the sons of Agamemnon, who seems to arrive in Argos to save his nephews, but finally conspires against them. Then I will approach Electra’s relationship with the chorus, standing out from the formal point of view since the parodos and the third stasimon constitute lyrical dialogues. The comparison between the interaction of the Argives and the model of Pilades and Orestes will allow investigating the incidence of women in the plot.
Keywords: Friendship, Tragedy, Euripides, Orestes.
1. Introducción
En Orestes de Eurípides se representan los días posteriores al asesinato de Clitemnestra. Confinados en el palacio, los hijos de Agamenón esperan que la asamblea decida su destino. El vínculo entre Orestes y Pílades, considerado ejemplar en la literatura y en la filosofía, juega un papel central en la trama.1 El joven originario de la Fócide no teme el contacto con Orestes, contaminado por el crimen, y consigue evitar que no se suicide con un argumento que incluye la ejecución de un nuevo asesinato, el de Helena. Pílades se diferencia de Menelao, pariente de sangre de Orestes y Electra, que parece llegar a Argos para salvar a sus sobrinos pero, finalmente, conspira contra ellos por sus deseos de reinar en la ciudad. A diferencia del rey de Esparta, que deja a su hermano Agamenón ἄφιλος (“sin amigos”, v. 721), Pílades resulta ser φίλτατος (“el más cercano y querido”, v. 725), para Orestes. Sin embargo, no se trata de la única relación de amistad representada en la obra.2 Las argivas del coro no solo comparten los lamentos de Electra, sino que ayudan a los conspiradores a cometer el crimen de Helena vigilando el camino.3
En el presente trabajo propongo realizar un estudio de la relación del protagonista de la tragedia con Menelao, y luego los vínculos de amistad entre Pílades y Orestes, seguido por el de Electra con el Coro, haciendo foco en las expectativas respecto de la forma de conducirse que supone el hecho de ser varón o mujer. Se distinguen demostraciones de afecto en el vínculo con Pílades y en el de Electra con las argivas, que se denominan entre sí φίλος o φίλα según sea el caso. Asimismo, los personajes se muestran dispuestos a acudir en ayuda del otro más allá de la retribución, uno de los signos fundamentales de la amistad como la entendemos en la actualidad.4 El análisis de los puntos en común permitirá comprender la incidencia de las mujeres en la trama de Orestes. Sobre esta cuestión la crítica tiene opiniones divergentes porque, por un lado, se discute la injerencia en la acción de los coros en las tragedias de Eurípides, y, por otro lado, no suele esperarse que las mujeres cumplan un papel activo debido a una lectura sobre el género femenino en la Atenas clásica que sostiene que se trataba de seres destinados al silencio y la reclusión.5
2. Menelao y Orestes
Tras presenciar la escena de la alucinación de Orestes, en la que cree ser atacado por las Erinias, el público asiste a un segundo episodio, excepcionalmente largo, que incluye cuatro escenas y la aparición de otros tres personajes: Menelao, Tíndaro y Pílades. La primera escena se compone de un diálogo esticomítico entre tío y sobrino. Ante la pregunta del Atrida sobre si alguien lo ayudó cuando comenzaron los ataques de locura (παρῆν τις ἄλλος, ὃς σὸν ὤρθευεν δέμας; v. 405), Orestes proclama haber recibido apoyo de una sola persona: Πυλάδης γ', ὁ συνδρῶν αἷμα καὶ μητρὸς φόνον (“Pílades, colaborador en el derramamiento de sangre y el asesinato de mi madre”, v. 406).6 La línea funciona como un anuncio de la escena siguiente, en la que el joven oriundo de la Fócide efectivamente sostendrá a Orestes. El heredero del trono de Argos otorga a Pílades el mismo atributo que a sí mismo: el de ser asesino de Clitemnestra. La atribución no se registra para otros personajes en la tragedia, si bien se adjudica responsabilidad en el crimen a Apolo y a Electra, por lo que podría hablarse de una identificación entre los dos personajes. El hecho de haber cometido el acto criminal juntos es importante porque en el apartado siguiente se verá que “actuar del mismo modo” constituye una de las características fundamentales de la amistad según la definición ofrecida por Orestes.
A continuación cito la breve rhêsis que cierra el diálogo entre Menelao y su sobrino, un momento de dilación que prepara la sorpresiva llegada de Tíndaro:7
ἐς σ' ἐλπὶς
ἡμὴ καταφυγὰς ἔχει κακῶν.
ἀλλ' ἀθλίως
πράσσουσιν εὐτυχὴς μολὼν
μετάδος φίλοισι σοῖσι σῆς εὐπραξίας,
καὶ μὴ μόνος τὸ χρηστὸν ἀπολαβὼν
ἔχε,
ἀλλ' ἀντιλάζου καὶ πόνων ἐν τῶι
μέρει,
χάριτας πατρώιας ἐκτίνων ἐς οὕς σε δεῖ.
ὄνομα γάρ, ἔργον δ' οὐκ ἔχουσιν οἱ
φίλοι
οἱ μὴ 'πὶ ταῖσι συμφοραῖς ὄντες
φίλοι. (vv.
448-455)
En ti mi esperanza tiene un refugio de los males. Pero, habiendo llegado feliz, comparte la dicha con tus amigos, que son desdichados, y no tomes [para ti] solo el beneficio que conseguiste, sino que participa también en la parte de los pesares, pagando los favores de mi padre a quienes debes. Pues de amigos [solo] tienen el nombre, y no la conducta, los amigos que no lo demuestran en las desgracias.
La repetición de verbos vinculados a las ideas de dar y recibir (ἔχει, “tiene”, v. 448; μετάδος, “comparte”, v. 450; ἔχε, “tomes”, v. 451; ἐκτίνων, “pagando”, v. 453; ἔχουσιν, “tienen”, v. 454) enfatiza la idea de retribución (Willink, 1986, p. 161). Es evidente que se juegan cuestiones vinculadas a la reciprocidad en la relación de Orestes con Menelao, que son justamente parientes de sangre.8 En este sentido, el pasaje se ubica en consonancia con la teoría más aceptada sobre la concepción de la philía en el pensamiento griego, en la que se sostiene que se trata de una serie de obligaciones y deberes recíprocos entre individuos.9
Sin embargo, Orestes no solo reclama una deuda sino que solicita a su tío que comparta la prosperidad (vv. 651-657), sin tomar en cuenta el beneficio antes obtenido que consiste en haber recibido ayuda para buscar a su esposa Helena en Troya (Konstan, 2006, p. 181). El hijo de Agamenón entiende que tiene derecho a esperar la ayuda de Menelao en tiempos difíciles independientemente de los favores recibidos de su padre.10 Por ello me inclino por Konstan (1997, p. 9) que, a diferencia de la opinión mayoritaria,11 le otorga al concepto de amistad en el periodo clásico una autonomía relativa de la economía y otras funciones sociales, y entiende que constituye una función comparable al estatuto que tiene en la actualidad.12
Tras el agón lógon con su abuelo materno, compuesto en su mayoría por ῥήσεις sumamente elaboradas,13 Orestes insiste en el pedido de retribución al Atrida:14
ἀπέδοτο δ', ὡς χρὴ τοῖς φίλοισι τοὺς
φίλους, 652
τὸ σῶμ' ἀληθῶς, σοὶ παρ' ἀσπίδ'
ἐκπονῶν,
ὅπως σὺ τὴν σὴν ἀπολάβοις ξυνάορον.
ἀπότεισον οὖν μοι ταὐτὸ τοῦτ' ἐκεῖ λαβών,
μίαν πονήσας ἡμέραν, ἡμῶν ὕπερ
σωτήριος στάς, μὴ δέκ' ἐκπλήσας ἔτη. 657
ἓν μὲν τόδ' ἡμῖν ἀνθ' ἑνὸς δοῦναί
σε χρή· 651
Y [mi padre] puso realmente a disposición, como es necesario [que hagan] los amigos con sus amigos, su cuerpo, esforzándose por ti junto a su escudo, para que tú recuperaras a tu esposa. Págame entonces eso mismo que antes recibiste, esforzándote un solo día, erigiéndote [como] salvador para nosotros, no empleando [para eso] diez años. Es necesario que nos des solo una cosa a cambio de otra.
Aquí el joven no insiste en la demanda desinteresada sino que comienza por indicar el favor recibido y acota que Agamenón puso en riesgo su vida al acompañarlo a Troya. Luego le reclama ayuda, ante lo cual Menelao primero reconocerá su validez (vv. 682-686), pero rápidamente expresará su negativa a llevar adelante el pedido. Justificará su accionar por falta de dýnamis (vv. 687-690), incluso dirá que puede intentar ayudarlo con la sophía (vv. 709-711).
3. Pílades y Orestes
Antes de analizar en particular la participación de Pílades en Orestes consideraré su presencia en el escenario trágico ateniense. El joven oriundo de la Fócide aparece por primera vez en Coéforas de Esquilo, donde se lo escucha decir solo tres versos (vv. 900-903). La breve intervención resulta rotunda, ya que consigue su cometido: que el hijo de Agamenón asesine a su madre. En Electra de Sófocles, si bien no entra en la categoría de agonista, se sobreentiende su función por las reiteradas apelaciones y el uso de la primera persona plural por parte de Orestes que señala que Pílades lo acompañó en todo momento. Ahora bien, en las obras de Eurípides el personaje asume diferentes papeles en cada una de las representaciones vinculadas al mito del heredero de Argos, que son Electra, Orestes e Ifigenia entre los tauros. Su presencia resulta mucho más sustancial que en las obras de sus predecesores. En Electra no aparece entre los personajes de la obra, pero los hijos de Agamenón y el mensajero destacan su hombría y la ayuda ofrecida para cumplir los designios de Apolo. En Orestes se verá en detalle que Pílades, no solo permanece junto a él, sino que lo aconseja en los momentos clave y acuerdan de qué modo actuar. La influencia en este caso es de tal magnitud que podría decirse incluso que dirige la trama de la segunda parte de la obra. Por último, en Ifigenia entre los tauros, exhorta al hijo de Agamenón a cumplir los designios divinos y además esboza el plan para robar la estatua de Ártemis. Como conclusión, Forte (1998, p. 60) destaca que el personaje de Pílades cumple dos funciones en las obras de los tres trágicos: cuando no habla, se lo invoca y se lo incluye en los discursos de los otros personajes, y en el momento que habla su discurso adquiere el poder del lógos. Se menciona el nombre del personaje en Coéforas tres veces, dos en Electra de Sófocles, ocho en Electra de Eurípides, quince en Orestes y diez en Ifigenia entre los tauros. Las menciones confirman su importancia en la trama, aun cuando no aparece en la nómina de personajes.
En Ifigenia entre los Tauros (vv. 917-918) se presenta a Estrofio, el padre de Pílades, como el esposo de una hermana de Agamenón y Menelao, con lo cual además de amigos, los jóvenes son primos hermanos.15 En Orestes se alude a la relación sanguínea de manera indirecta.16 Al entrar en escena, Pílades se dirige al protagonista de la tragedia diciendo que es el más querido de sus coetáneos entre los amigos y los parientes (τί πράσσεις, φίλταθ' ἡλίκων ἐμοὶ / καὶ φίλων καὶ συγγενείας; vv. 732-733) y, más delante, llama “pariente de mi padre” a Agamenón (ὦ συγγένεια πατρὸς ἐμοῦ, v. 1233).17 Luego dice compartir la condición del protagonista, ya que su padre lo considera impío (ὅτι συνηράμην φόνον σοι μητρός, ἀνόσιον λέγων, v. 767), reafirmando el atributo de asesino de Clitemnestra dado por Orestes (v. 405), antes comentado. Electra en el prólogo (vv. 32-33) había anticipado las declaraciones de Pílades (v. 767) al señalar su participación en el crimen. Ahora bien, el hecho de que el joven llegue a Argos porque fue echado por su padre implica que su condición es similar a la de su amigo, de manera que se potencia la comunión y la solidaridad entre los personajes (Medda, 2011, p. 231). Por otra parte, el dato permite conjeturar que dejó solo a su amigo tras el asesinato de Clitemnestra.18
El segundo episodio de Orestes cierra con un diálogo en tetrámetros trocaicos entre los dos jóvenes. Luego de informarse acerca de la situación en Argos, el joven oriundo de la Fócide dice que cuidará a Orestes (ἀλλὰ κηδεύσω σ' ἐγώ, v. 791) y explicita que no teme el miasma que podría adquirir al tocarlo (Ορ. δυσχερὲς ψαύειν νοσοῦντος ἀνδρός. / Πυ. οὐκ ἔμοιγε σοῦ, v. 792).19 Incluso se ofrece de apoyo físico cuando se dirigen hacia la asamblea: “ahora apresúrate, para que el voto de los argivos no te condene antes, habiendo apoyado en mi flanco tu débil flanco por la enfermedad” (ἀλλ᾽ ἔπειγ᾽, ὡς μή σε πρόσθε ψῆφος Ἀργείων ἕλῃ, / περιβαλὼν πλευροῖς ἐμοῖσι πλευρὰ νωχελῆ νόσῳ, vv. 799-800). Los versos citados constituyen un reflejo del pedido del protagonista a Electra, antes de padecer la alucinación: “coloca tu flanco en mi flanco y aparta el cabello seco de mi rostro” (ὑπόβαλε πλευροῖς πλευρὰ καὐχμώδη κόμην / ἄφελε προσώπου, vv. 223-224). De manera que es posible establecer un paralelismo entre la relación de los amigos y la de los hermanos que se ha interpretado como la expresión de la naturaleza problemática del vínculo entre Pílades y Orestes, debido a que Electra cuida a su hermano por tener un estatus inferior por su género sexual, pero no coincide con mi propuesta en tanto no considero que los vínculos resulten problemáticos en el sentido mencionado.20 Por otra parte, Medda (2011, p. 42) señala el hecho de que en el teatro griego no constituía una norma que los personajes se tocaran entre sí, por lo cual el hecho adquiere una fuerte carga emotiva. Además, la disponibilidad hacia Orestes por parte de la joven y Pílades permite remarcar la actitud mezquina de Tíndaro y Menelao.21
Un sector de la crítica evaluó de forma negativa la relación entre Pílades y Orestes (Verrall, 1905, pp. 234 y ss.; Smith, 1967; Burnett, 1971, pp. 213-215; Hartigan, 1987, pp. 129-132, y Theodorou, 1993, p. 43) por conducir a la ejecución de un nuevo crimen. En cambio, otro sector destacó el papel positivo de la philía en la obra y, además, diferenció la ayuda recibida por parte de Pílades en la primera parte, que le permite a Orestes lidiar con sus conflictos internos (la sýnesis), y el dispositivo (mechánema) de la segunda parte que lo salva de los peligros externos (Garzya, 1962, pp. 108-118).22 Por mi parte, acuerdo con la segunda postura, en tanto considero que evaluar de forma negativa la relación porque conduce a la ejecución de otro asesinato es una argumentación fundada en cuestiones morales que no se centra en el sostén afectivo que representa Pílades para Orestes desde el punto de vista dramático. Además, no hay que olvidar que dañar al enemigo constituía un hecho aceptado en la cultura griega clásica (West, 1987, pp. 33-34).23
Pílades proclama su indiferencia respecto de la opinión de la multitud al afirmar que no se avergüenza de llevar a Orestes a la asamblea (ὡς ἐγὼ δι' ἄστεώς σε, σμικρὰ φροντίζων ὄχλου, / οὐδὲν αἰσχυνθεὶς ὀχήσω, vv. 801-802). El heredero de Argos cierra la escena con una sentencia:
τοῦτ' ἐκεῖνο· κτᾶσθ' ἑταίρους, μὴ τὸ συγγενὲς μόνον·
ὡς ἀνὴρ
ὅστις τρόποισι συντακῆι, θυραῖος ὤν,
μυρίων κρείσσων ὁμαίμων ἀνδρὶ κεκτῆσθαι
φίλος. (vv.
804-806)
De esto se trata, tener compañeros, no solo relaciones familiares. Porque tener como amigo un varón que se identifica con los modos [de ser de uno], aunque sea un extraño, es mejor para un varón que numerosos parientes.
Los sucesos de la tragedia le mostraron a Orestes que los lazos de parentesco no constituyen un apoyo estable y confiable, pero que puede obtener ayuda sincera y desinteresada de otros, como Pílades, que es un ἑταῖρος (“compañero”) –término sobre el que volveré más adelante–. Es importante reparar en que el joven señala como un rasgo de la amistad el hecho de compartir la forma de actuar, hecho demostrado en la tragedia.
Luego del segundo estásimo, un lamento en el que el Coro inscribe el asesinato de Clitemnestra en la tradición familiar de los Atridas, llega el mensajero. El esclavo cuenta a Electra, a quien siempre la acompañan las argivas desde la orkhéstra, lo acontecido en la asamblea. Resulta fundamental para el análisis el siguiente detalle ofrecido por el mensajero:
ὁρῶ δ᾽ ἄελπτον φάσμ᾽, ὃ μήποτ᾽ ὤφελον,
Πυλάδην
τε καὶ σὸν σύγγονον στείχονθ᾽ ὁμοῦ,
τὸν
μὲν κατηφῆ καὶ παρειμένον νόσῳ,
τὸν
δ᾽ ὥστ᾽ ἀδελφὸν ἴσα φίλῳ λυπούμενον,
νόσημα κηδεύοντα
παιδαγωγίᾳ. (vv. 879-883)
Y veo una aparición inesperada, que nunca hubiera deseado, a Pílades y a tu hermano caminando juntos. Uno con los ojos abatidos y debilitado por la enfermedad, el otro, sufriendo como un hermano igual que su amigo, haciéndose cargo de su enfermedad, asistiéndolo como a un niño.
No hay dudas de que Pílades es incondicional para Orestes. A su vez, los versos citados nos ofrecen una descripción del estado de abatimiento padecido por el protagonista de la tragedia.
El mensajero cierra su relato contando cómo Orestes se fue de la asamblea:
πορεύει δ' αὐτὸν ἐκκλήτων ἄπο
Πυλάδης δακρύων, σὺν δ'
ὁμαρτοῦσιν φίλοι
κλαίοντες, οἰκτίροντες· (vv.
949-951)
Y lo lleva lejos de la asamblea, Pílades, derramando lágrimas, y los amigos los acompañan gimiendo, lamentándose.
Un cortejo de hombres acompaña al hijo de Agamenón y comparte su dolorosa situación, la sentencia a muerte.24 Ahora bien, resulta llamativo que un grupo de varones se lamente de ese modo porque se trata de una acción típicamente femenina. En la cultura griega las mujeres eran las encargadas del planto, un aspecto clave de la procesión funeraria.25 Además, a los versos citados sigue una monodia a cargo de Electra y el Coro, un lamento funerario en el que lloran por la extinción de la casa de los Atridas, que funciona como una continuación del lamento de los hombres, de modo que se conforma una suerte de planto extendido.
En el final de su thrênos, las argivas indican la llegada al palacio de Orestes acompañado de su amigo. Luego de un diálogo entre los hermanos, los jóvenes hablan sobre la muerte y la amistad (vv. 1071-1099).26 El hijo de Estrofio expresa que, debido a que mataron juntos a Clitemnestra, debe sufrir lo mismo que el matricida (σὺν σοί γε κοινῆι· ταὐτὰ καὶ πάσχειν με δεῖ, v. 1074). Al esbozar el plan de asesinar a Helena para castigar a Menelao por traicionarlos logra que Orestes postergue el suicidio (vv. 1086-1091). Tras escucharlo, el joven llama “enemigo” a su tío (μενῶ, τὸν ἐχθρὸν εἴ τι τιμωρήσομαι, v. 1102) y enfatiza, ante la desconfianza expresada por Pílades acerca de la presencia de las argivas (σίγα νυν· ὡς γυναιξὶ πιστεύω βραχύ, v. 1103), que se trata de “amigas” (μηδὲν τρέσηις τάσδ'· ὡς πάρεισ' ἡμῖν φίλαι, v. 1104).27 Una vez corroborado que están de su lado, Pílades expone, a partir de las preguntas de Orestes, cómo matar a Helena (vv. 1105-1153). El Coro acepta en complicidad la propuesta y no duda en aseverar que se trata de una mujer digna de odio por haber avergonzado al género: πάσαις γυναιξὶν ἀξία στυγεῖν ἔφυ / ἡ Τυνδαρὶς παῖς, ἣ κατήισχυνεν γένος (“para todas las mujeres es digna de odio la hija de Tíndaro, la que deshonró a la raza”, vv. 1153-1154).28
Pese a la gravedad del plan, Orestes lo aprueba con inmediatez y alaba a su amigo:
φεῦ·
οὐκ ἔστιν οὐδὲν κρεῖσσον ἢ φίλος σαφής,
οὐ
πλοῦτος, οὐ τυραννίς· ἀλόγιστον δέ τοι
τὸ
πλῆθος ἀντάλλαγμα γενναίου φίλου.
σὺ
γὰρ τά τ᾽ εἰς Αἴγισθον ἐξηῦρες κακὰ
καὶ
πλησίον παρῆσθα κινδύνων ἐμοί,
νῦν
τ᾽ αὖ δίδως μοι πολεμίων τιμωρίαν
κοὐκ
ἐκποδὼν εἶ· παύσομαί σ᾽ αἰνῶν, ἐπεὶ
βάρος
τι κἀν τῷδ᾽ ἐστίν, αἰνεῖσθαι λίαν. (vv.
1155-1162)
¡Ay! No hay nada mejor que un amigo verdadero, ni la riqueza, ni la tiranía. Déjame decirte, es irracional cambiar una multitud por un amigo noble. Pues tú ideaste males para Egisto y estabas a mi lado en los peligros, y ahora me ofreces de nuevo la venganza contra los enemigos, y no estás lejos. Dejaré de alabarte, puesto que hay una carga en esto, ser alabado excesivamente.
Konstan (1997, p. 60) sostiene que en la obra se explora la violencia producida cuando la lealtad personal se eleva por sobre los vínculos y obligaciones familiares que definen la vida del ciudadano ateniense. Recordemos que Orestes se representó en Atenas durante el 408 a. C. (siguiendo el escolio al v. 371 de la tragedia). Una ciudad que sufrió el golpe de estado del 411 a. C., denominado como el “de los Cuatrocientos”, y que transitó la posterior restauración democrática.
El plan de asesinar a Helena y el secuestro de Hermíone, a lo que se suma la tentativa de incendiar el palacio, se han interpretado como el reflejo de la crisis de valores en Atenas producto de la inestabilidad cívica, consecuencia de la Guerra del Peloponeso.29 En este sentido, en la obra se registra un término de connotación política para la Atenas clásica: ἑταιρία, traducido como “asociación”, “hermandad/fraternidad”, “compañerismo”.30 En la segunda escena del tercer episodio, el sustantivo se emplea para indicar el vínculo entre Pílades y Orestes en dos ocasiones: τί δὲ ζῆν σῆς ἑταιρίας ἄτερ; (“¿Y por qué vivir sin tu fraternidad?”, v. 1072); γάμων δὲ τῆς μὲν δυσπότμου τῆσδ' ἐσφάλης, / ἥν σοι κατηγγύησ' ἑταιρίαν σέβων (“y solo el casamiento con esta desafortunada se te frustró, a la que te prometí honrando nuestra fraternidad”, vv. 1078-1079). Además, como se ha destacado previamente, se emplea ἑταῖρος (“camarada” o “compañero”) en la sentencia gnómica del diálogo final del segundo episodio: τοῦτ' ἐκεῖνο· κτᾶσθ' ἑταίρους, μὴ τὸ συγγενὲς μόνον (“de esto se trata, tener compañeros, no solo relaciones familiares”, v. 804). El verso citado constituye una línea emblemática de la obra por el contraste que expresa entre los vínculos de compañerismo y consanguinidad.31 Al respecto, Willink (1986, p. 259) y Zimmermann (1998, p. 378) añaden que la desesperación de los conspiradores (Orestes, Pílades y Electra) en el final de la obra recuerda la conducta de los hetairíai oligarcas de la Atenas contemporánea. Sin embargo, Konstan (1997, pp. 60-61) advierte que ἑταῖρος (v. 804) constituye un vocablo de uso general y, además, no se registran términos específicos como συνωμότης (“conspirador”). Desde este punto de vista, con el que acuerdo, la equiparación no es relevante.
4. Electra y el coro de argivas
Como en el caso de Orestes y Pílades, la relación entre Electra y el Coro se define a través del uso de la familia de palabras de philía.32 No solo ellas se denominan entre sí de ese modo sino que, como hemos visto, Orestes las considera sus φίλαι (v. 1104). Podría decirse simplemente que las mujeres comparten lamentos, cantos que permiten amplificar el páthos, y, en cambio, los encuentros entre los amigos varones constituyen agônes, diálogos en los que la persuasión juega un papel fundamental. Sin embargo, a continuación citaré pasajes en los que se puede identificar cómo, dentro de los límites de las convenciones dramáticas, las argivas intervienen en la acción, ya sea animando, consolando, callando o vigilando.33
Tras dialogar con Helena en la segunda escena del prólogo, Electra adelanta el ingreso del Coro:
αἵδ' αὖ πάρεισι τοῖς ἐμοῖς
θρηνήμασιν
φίλαι ξυνωιδοί· τάχα μεταστήσουσ'
ὕπνου
τόνδ' ἡσυχάζοντ', ὄμμα δ' ἐκτήξουσ'
ἐμὸν
δακρύοις, ἀδελφὸν ὅταν ὁρῶ μεμηνότα.
ὦ φίλταται γυναῖκες, ἡσύχωι ποδὶ
χωρεῖτε, μὴ ψοφεῖτε, μηδ' ἔστω κτύπος
φιλία γὰρ ἡ σὴ πρευμενὴς μὲν ἀλλ' ὅμως
[τόνδ'
ἐξεγεῖραι συμφορὰ γενήσεται]. (vv. 132-139)
De nuevo están aquí, mis amigas que cantan al unísono mis lamentos. Rápidamente liberarán del sueño a este, que ahora reposa, y derretirán mis ojos en lágrimas cuando vea a mi hermano enloquecido. Queridísimas mujeres, avancen con paso silencioso, no hagan bullicio, y que no haya ruido. Pues su amistad es tierna pero sin embargo [que lo despierten será una desgracia].
La joven rompe la ilusión escénica al anticipar no solo el diálogo lírico de la párodo, al decir que las argivas cantarán con ella, sino también la escena sucesiva en la que Orestes se despierta y padece un ataque de locura (Di Benedetto, 1965, p. 33). El anuncio del ingreso del Coro constituye un procedimiento insólito para el género trágico (Di Benedetto, 1965, p. 33).
Las mujeres micénicas ingresan a la orkhéstra intentando cumplir el pedido de Electra:34
Χο. σῖγα σῖγα, λεπτὸν ἴχνος
ἀρβύλας
τίθει, μὴ
κτύπει [μηδ' ἔστω κτύπος].
Ηλ. ἀποπρὸ βᾶτ' ἐκεῖσ' ἀποπρό μοι κοίτας.
Χο. ἰδοὺ πείθομαι.
Ηλ. ἆ ἆ σύριγγος ὅπως πνοὰ
λεπτοῦ δόνακος, ὦ φίλα, φώνει μοι.
Χο. ἴδ' ἀτρεμαῖον ὡς ὑπόροφον φέρω
βοάν. Ηλ. ναί, οὕτως·
κάταγε κάταγε, πρόσιθ'
ἀτρέμας, ἀτρέμας ἴθι·
λόγον ἀπόδος ἐφ' ὅτι χρέος
ἐμόλετέ ποτε.
χρόνια γὰρ πεσὼν ὅδ' εὐνάζεται.
Χο. πῶς ἔχει; λόγου μετάδος, ὦ φίλα·
τίνα τύχαν εἴπω; [τίνα δὲ
συμφοράν;] (vv. 140-153)
Coro: Silencio, silencio. Suave posa el paso del zapato, no hagas ruido [y que no haya ruido].
Electra: ¡Váyanse lejos de aquí, (háganme el favor), lejos del lecho!
Coro: Ya ves, obedezco.
Electra: Ah, ah, como el soplo de una siringa de delgada caña. ¡Amiga, háblame!
Coro: Mira, en calma, cómo elevo una suave (nota) de la pipa.35
Electra: Sí, así. ¡Vamos, vamos! Suavemente avanza, suavemente ven. Explícame por qué asunto vienen en este momento. Pues, tras caer hace largo tiempo, este está acostado.
Coro: ¿Cómo está? ¡Comunícamelo, amiga! ¿De qué suceso hablaré? [¿Y de qué desdicha?]
Al mismo tiempo que les pide a las argivas que se retiren, Electra les solicita que hablen. Recordemos que la presencia del Coro en la orkhéstra supone un grupo de quince artistas cantando y bailando con acompañamiento musical. Por lo cual el pedido de silencio y alejamiento del lecho resulta incoherente y además cuestiona una de las funciones asignadas al coro que es la de consolar al personaje sufriente (Medda, 2011, p. 162).36 Además, desde un punto de vista meta-teatral, si las argivas efectivamente partieran y no cantaran, no podría comenzar la tragedia (Kim On Chong-Gossard, 2008, p. 124).
En la primera estrofa del tercer estásimo, Electra y las argivas se organizan del siguiente modo:
Ηλ. Μυκηνίδες ὦ φίλιαι,
τὰ πρῶτα κατὰ Πελασγὸν ἕδος
Ἀργείων.
Χο. τίνα θροεῖς αὐδάν, πότνια; παραμένει
γὰρ ἔτι σοι τάδ' ἐν Δαναϊδᾶν πόλει.
Ηλ. στῆθ' αἱ μὲν ὑμῶν τόνδ'
ἁμαξήρη τρίβον,
αἱ δ' ἐνθάδ' ἄλλον οἶμον ἐς φρουρὰν
δόμων.
Χο. τί δέ με τόδε χρέος ἀπύεις;
ἔνεπέ μοι, φίλα.
Ηλ. φόβος ἔχει με μή τις ἐπιδὼν
κάσιν
σταθέντ' ἐπὶ φοίνιον αἷμα
πήματα πήμασιν ἐξεύρηι.
Χο. χωρεῖτ', ἐπειγώμεσθ'· ἐγὼ μὲν
οὖν τρίβον
τόνδ' ἐκφυλάξω τὸν πρὸς ἡλίου βολάς.
–καὶ μὴν ἐγὼ τόνδ', ὃς πρὸς ἑσπέραν
φέρει. (vv. 1246-1260)
Electra: ¡Queridas mujeres micénicas! Primeras en la sede pelásgica de los argivos.
Coro: ¿Qué discurso proclamas, señora? Pues aún este [título] permanece para ti en la ciudad de los dánaos.
Electra: Vayan a colocarse, unas de ustedes, en el camino de los carros, y las otras, aquí, en el otro camino para vigilar la casa.
Coro: ¿Y por qué [para cumplir] esta obligación me llamas? Dime, amiga.
Electra: Temo que alguien, viendo a mi hermano dispuesto para el sangriento asesinato, pueda añadir calamidades a las calamidades.
Coro: Vayan, apresurémonos. Yo ciertamente vigilaré este camino, que [lleva] a los rayos del sol.
-Y yo este, que lleva al oeste.
Los versos citados forman parte de la primera escena del desenlace. La forma es similar a la párodo pero con un tono diferente, ya que se ajusta a la nueva situación. La división en dos semicoros constituye un procedimiento frecuente en la obra de Eurípides, cuyo efecto a nivel espectacular debía ser notable. Si bien el conocimiento que tenemos sobre la puesta en escena es prácticamente nulo, podría conjeturarse que Electra se ubicaba en el centro de la escena de manera de poder hablarle a los dos grupos de mujeres (Di Benedetto, 1965, p. 241). El pasaje de acción conspiratoria, señala Navarro Noguera (2014, p. 46), recuerda las instrucciones militares: el corifeo y una parte de la “tropa” de mujeres vigilará una parte del camino, mientras la otra parte hará lo pertinente con relación al segundo camino. De esta manera se “masculiniza” el accionar de las mujeres, en tanto para los griegos la guerra era un ámbito estrictamente reservado para los hombres. La tropa de mujeres vigilando el camino funciona como el inverso del “coro” de hombres lamentándose con Orestes por su condena a muerte.
En lugar de cantos corales en la párodo y el tercer estásimo nos encontramos con diálogos líricos entre Electra y las argivas, pasajes donde justamente se acumulan los términos vinculados a la philía (vv. 140-207 y 1246-1310).37 El vínculo entre los personajes femeninos se denomina del mismo modo que la relación de Orestes y Pílades.38 Asimismo, se trata de mujeres nobles (dato indicado en los vv. 1246-1247), al igual que Electra, Orestes y Pílades.39 Las argivas no solo animan a Electra, en el tercer estásimo la hija de Agamenón les ordena que vigilen los dos caminos que conducen al palacio y ellas asienten. La complicidad del Coro en el asesinato de Helena y el secuestro de Hermíone implica una participación activa. No hay intriga en la tragedia griega sin la cooperación del coro, señala Barrett (1964, p. 294).40 Mastronarde (2010, p. 120) acota que en Orestes la connivencia se ajusta al colapso de los valores sociales y éticos que caracterizan la acción de esta obra.
Ahora bien, esto no implica que las argivas vean con buenos ojos el matricidio. En la antistrofa del segundo estásimo califican de insensato al hombre que paga el mal con otro mal: τὸ δ' εὖ κακουργεῖν ἀσέβεια ποικίλα / κακοφρόνων τ' ἀνδρῶν παράνοι- / α (“hacer el mal por una buena razón es artificiosa impiedad y desvarío de hombres que piensan mal”, vv. 823-825).41 Es decir, no apoyan la venganza como modus operandi. Parecerían entrar en contradicción al apoyar un nuevo crimen, pero en el caso de Helena lo justifican al decir que lo merece (vv. 1153-1154), como se ha comentado anteriormente.
En la antistrofa del éxodo,42 el Coro expone sus consideraciones acerca de lo que está sucediendo dentro del palacio real:
ἰὼ ἰὼ τύχα,
ἕτερον εἰς ἀγῶν' ἕτερον αὖ δόμος
φοβερὸν ἀμφὶ τοὺς Ἀτρείδας πίτνει.
τί δρῶμεν; ἀγγέλλωμεν ἐς πόλιν τάδε
ἢ σῖγ' ἔχωμεν; ἀσφαλέστερον,
φίλαι. (vv. 1536-1540)
¡Ay, ay, [qué] desgracia! A otra, temible, hacia otra lucha de nuevo la casa alrededor de los Atridas cae. ¿Qué haremos? ¿Anunciaremos a la ciudad esto o permaneceremos en silencio? Es más seguro, amigas.
Ante la situación de crisis, las mujeres se preguntan qué hacer. Consideran una intervención activa pero luego desisten, parecen preferir el silencio y la resignación. Sin embargo, en los últimos versos reafirman su apoyo al alentar a los conspiradores a asegurar las puertas del palacio:
ἀλλὰ μὴν καὶ τόνδε λεύσσω Μενέλεων
δόμων πέλας
ὀξύπουν, ἠισθημένον που τὴν τύχην ἣ νῦν
πάρα.
οὐκέτ' ἂν φθάνοιτε κλῆιθρα
συμπεραίνοντες μοχλοῖς,
ὦ κατὰ στέγας Ἀτρεῖδαι. (vv. 1549-1552)
Y aquí veo a Menelao con paso veloz cerca de la casa porque se dio cuenta quizá de la desgracia que ahora sucede. Ya no podrían alcanzar los cerrojos asegurándolos con barras, oh, Atridas [que están] en la casa.
Con lo cual, la sympátheia de las argivas, expresada en primer lugar en la párodo respecto de Electra, no pasa a segundo plano con el curso de la acción por la intervención de personajes más eficaces, como Pílades, sino que se mantiene. Esto implica que ayudan al hijo de Agamenón y su compañero para vengarse de Menelao, plan que logra evitar el suicidio de los hijos de Agamenón.43 Al mismo tiempo, diversos personajes en la obra afirman que Electra fue autora intelectual del crimen de Clitemnestra,44 y, además, es ella quien propone atacar a Hermíone (vv. 1191-1200). Por todo lo mencionado entiendo que en Orestes el papel de las mujeres, me refiero al colectivo de argivas compuesto por el Coro y a Electra, resulta fundamental para el avance de la trama trágica.45
5. Conclusiones
A diferencia de la mayor parte de los trabajos sobre la philía en Orestes, enfocados en la cuestión de hetaireía y la situación histórico-social de Atenas en el momento de la producción de la tragedia, en el presente artículo se estudiaron los puntos en común de los vínculos de amistad representados. Desde el punto de vista expuesto, basado en la propuesta teórica de Konstan que otorga a la amistad una función comparable al estatuto que tiene en la actualidad, la relación de Orestes y Pílades no se lee de forma prototípica, sino como un espejo en el que se refleja la interacción de Electra y el Coro. Además de consolarse entre ellas, las mujeres actúan de forma efectiva, su conducta tiene una intención que se alcanza en el marco de la obra. Ellas participan del plan de asesinar a Helena y secuestrar a Hermíone, suceso fundamental a la hora de interpretar la obra porque la planificación del crimen provoca que Orestes decida no suicidarse. Si bien Apolo interviene como un deus ex machina en el final, considero que no es menor que el abandono del lecho de enfermo por parte de Orestes sea consecuencia del apoyo ofrecido por sus coetáneos: Pílades, Electra y las argivas del coro.46 El hecho de que el joven recupere la posibilidad de actuar, incluso aunque sea para cometer otro homicidio, demuestra el valor de la amistad en el pensamiento griego y la capacidad curativa de la palabra.47
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Notas
Recepción: 8 marzo 2019
Aprobación: 30 abril 2019
Publicación: 5 noviembre 2019
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