RESEÑAS
Universidad Nacional de La Plata -CONICET (Argentina)
Richard Seaford es profesor de griego antiguo en la Universidad de Exeter. Su trabajo sobre la tragedia y la religión griegas lo ha llevado a investigar las condiciones históricas para el desarrollo radical de la cultura griega en el siglo VI a. C. y a proponer que el factor crucial de este desarrollo ha sido el dinero, dado que la polis de este período fue la primera sociedad monetizada de la historia. En su libro Money and the Early Greek Mind. Homer, Tragedy, Philosophy (2004), el autor explora las condiciones sociohistóricas que hicieron posible esta monetización y sus profundas consecuencias culturales, particularmente el “milagro griego”, la génesis de la filosofía y el drama. Cosmology and the Polis es el tercer libro en el que profundiza su trabajo acerca de la polis griega en desarrollo, que combina aquella propuesta de 2004 con otra investigación anterior, Reciprocity and Ritual: Homer and Tragedy in the Developing City-state (1994). En la presente publicación, en la que Seaford sintetiza estos y otros reconocidos trabajos previos, el tema central es la interacción entre ritual y dinero en los únicos textos literarios que sobreviven de la primera mitad de siglo de la democracia ateniense: las tragedias de Esquilo. La investigación incluye otro aporte que resulta aún más novedoso y provocador: la demostración de las profundas afinidades entre el dramaturgo y la filosofía presocrática.
Como herramienta de aproximación teórica, Seaford acude al concepto de “cronotopo” acuñado por Mikhail Bakhtin (1984), que refiere al fenómeno por el cual las dimensiones espacial y temporal de un texto tienen una misma estructura que los torna inseparables. No obstante, en la “Introducción”, Seaford aclara que hace un uso mucho más radical del concepto bakhtiniano y que éste, además, difiere de las aplicaciones existentes a la literatura antigua como las de Banham (2002), Farenga (2006) y Revermann (2008). En primer lugar, Seaford nota que no opera con la categoría de cronotopos reales como antitéticos a los cronotopos creados, sino que todos, como socialmente construidos, son creados. Por otro lado, se enfoca en un pequeño número de ellos, que emerge en el contexto de ciertas prácticas socialmente integradoras: el código social de reciprocidad, el intercambio monetario y el ritual comunitario con sus mitos etiológicos. La tesis del libro se apoya en la idea de que el desarrollo histórico de la economía monetaria resultó una precondición para la tensión entre cronotopos presente en Esquilo. Este énfasis en el conflicto entre cronotopos define una diferencia más respecto de Bakhtin, quien identifica uno único para cada tipo de novela. Otra gran diferencia entre ambos abordajes reside en el principio de dominio: mientras el teórico ruso, interesado en la novela, sostiene que el tiempo domina el cronotopo, Seaford, cuyo foco está puesto en el drama, hace primar la dimensión espacial. Fundamentalmente, Seaford analiza cómo en la tragedia de Esquilo la interacción entre dos de sus cronotopos, el “etiológico” y el “monetario”, promueve la unidad imaginada de la polis. Esto involucra además la exploración de prácticas sociales que influencian los cronotopos implícitos en otros textos y performances de los períodos arcaico y clásico: Homero, el Himno a Deméter, los cultos mistéricos, los rituales de la polis y la cosmología presocrática.
Lo anterior resulta un simple esbozo de la compleja y ricamente elaborada tesis de Seaford. Su propuesta involucra tres grandes áreas desarrolladas en cinco partes, cada una subdividida en capítulos: la observación de algunas influencias sociales en las concepciones griegas del espacio, el tiempo y la cosmología (Parte I), el enfoque de la investigación en el género trágico (Partes II y III) y el vínculo entre tragedia y filosofía presocrática (partes IV y V).
Las primera parte, “The social construction of space, time and cosmology”, aísla tres tipos básicos de esas influencias sociales sobre el espacio, el tiempo y la cosmología y a cada una atribuye un cronotopo diferente que desarrolla en sendos capítulos: “Homer: the reciprocal chronotope”, “Demeter Hymn: the aetiological chronotope” y “From reciprocity to money”. El primer capítulo instala a la sociedad homérica como contrapunto de la polis. Según el autor, la concepción arcaica del espacio no puede ser comprendida sin la ideología y economía heroicas implícitas en Homero, determinadas por la unidad básica de esa sociedad: la casa familiar. Las relaciones entre las casas toman la forma de la reciprocidad y la riqueza es premonetaria. En cuanto al tiempo, favores pasados crean obligaciones presentes. Porque las concepciones de tiempo y espacio homéricos coinciden, Seaford reconoce un cronotopo, que llama “cronotopo recíproco”. La especificidad del cronotopo homérico se pone en contraste en el segundo capítulo con otro texto, el Himno a Deméter, que le permite a Seaford analizar dos influencias diferentes en las ideas del cosmos, ya sea regido por la familia o por el ritual. La primera tiende a reforzar su división, pues en Homero las relaciones dependen de la reciprocidad, y de acuerdo con ello casi no hay procesiones, muy pocos templos y muy pocas áreas definidas. El ritual, en cambio, refuerza la interconexión, como en los misterios de Eleusis. En el Himno a Deméter la fundación de la iniciación mística en Eleusis por Deméter explica, justifica y requiere la representación (aquí y ahora) tanto de la iniciación como de los antiguos eventos narrados en el himno que rodean su fundación. La representación ritual del mito etiológico asocia lo remoto con el presente (tiempo y espacio), y porque la forma del espacio y del tiempo es la misma Seaford define un “cronotopo etiológico”. El culto mistérico de Eleusis ejemplifica cómo un ritual con su cronotopo etiológico puede expresar las necesidades de la polis en desarrollo. Para Seaford, resultan fundamentales otros elementos presentes en el himno, como la agricultura y la incorporación del outsider. El espacio aquí no es asistemático, como en Homero, sino compartido. Mientras que el segundo capítulo describe la instancia de transformación del cronotopo recíproco hacia el etiológico, el tercer capítulo se dedica a la transformación en el “cronotopo monetizado”. Según Seaford, el poder cósmico de la monarquía ha sido heredado no por isonomía, como sostiene Vernant, sino por el dinero. Porque el valor Abstracto parece extenderse en el tiempo y el espacio y trascender todas las cosas, emerge un modelo de espacio y tiempo sin precedentes. Para Seaford, este poder ubicuo del dinero ha dado forma al cosmos presocrático, como el apeiron de Anaximandro, el aire de Anaxímenes, el fuego de Heráclito. Seaford propone entonces que, en el s. VI a. C., la formación del espacio de la polis ateniense hizo uso del espacio etiológico, limitado, y esto ocurrió junto al desarrollo del espacio monetizado, que es ilimitado. Este planteo teórico resulta básico para su interpretación de la tragedia esquilea.
En la segunda parte del libro, “Dionysiac festivals”, Seaford, quien ha estudiado los mitos y ritos dionisíacos en su obra Dionysos publicada en 2006, reacciona contra la visión nietzcheana de Dionisos como una manifestación del desorden y la “anti-estructura” y se posiciona frente a este culto como un acontecimiento promotor de la unidad cívica en la polis. Para Seaford, los orígenes y patrones míticos de la tragedia resultan justamente lo opuesto a la reconocida expresión "nothing to do with Dionysus". Según el autor, el drama ha tomado parte de su forma de la matriz del ritual dionisíaco del cual emergió, ya que, durante este desarrollo, persistió un patrón básico de acción asociado al vínculo entre la nueva polis y las antiguas casas poderosas. En la tragedia, la familia real se destruye a sí misma a través de una crisis de violencia que se manifiesta en una perversión del ritual, especialmente de muerte o de matrimonio. Sin embargo, esta destrucción beneficia a la polis con la fundación de un culto cívico nuevo de un héroe o dios que viene de lejos. El modelo de este patrón es Bacantes, obra ampliamente estudiada por el autor, que publicó Euripides Bacchae en 1996. Para Seaford, entonces, la tragedia ayuda a la polis emergente a eliminar la potencial violencia de los rituales de muerte, en la forma de vendettas de familia, y a reemplazar la lealtad de las casas autónomas por la lealtad a la polis. En los dos primeros capítulos de esta segunda parte, Seaford se detiene en el contexto político de la emergencia de la tragedia a partir del cronotopo etiológico del ditirambo. En el primero, “Royal household and public festival”, analiza la procesión hacia el teatro, el pritaneo ateniense, el advenimiento de Dionisos y el festival de Antesteria. Seaford concluye que la polis preserva en algunos edificios públicos y rituales la memoria de sus antiguas familias gobernantes. El resultado es una ambivalencia fundamental que combina los opuestos de casa y polis. La unión de opuestos y la necesidad de diferenciarlos para que la polis prevalezca, resulta central para su interpretación de Esquilo. En el segundo “Aethiological chronotope and dramatic mímesis”, analiza cuatro aspectos del festival de las dionisias (político, etiológico, mimético y ritual-escatológico) y explora las relaciones de este festival con el ditirambo temprano. Para ello analiza los fragmentos de ditirambo que sobreviven de Píndaro y Bacantes. En el tercero y último, “Monetization and tragedy”, estudia el fenómeno de monetización de la polis en el siglo VI que, según su mirada, promovió un nuevo cronotopo y fue un factor decisivo en el surgimiento, el contenido y la forma de la tragedia, fundamentalmente respecto de dos de sus características: la confrontación del individuo con el coro y la frecuencia y variedad de rituales evocados en una sola performance trágica.
La tercera parte adopta el nombre “Confrontational and aetiological space in Aeschylus” y consta de seis capítulos. El primero, “Telos and the unlimitedness of money” explora globalmente la interacción entre el cronotopo etiológico y el monetizado. El autor comienza con lo que hace posible esa interacción: la similitud entre ritual y pago como instrumentos de integración social y, también, como agentes de desintegración. Seaford explica que la monetización promueve simultáneamente la unión económica de la polis (con un medio único de intercambio) y la pérdida de los lazos personales de reciprocidad, y que esta paradoja influyó en la génesis de la democracia ateniense y contribuyó a generar la ambivalencia tanto de la tiranía histórica como de la trágica. El tyrannos trágico exhibe, según Seaford, las cuatro características del tyrannos histórico: preocupación por el dinero, abuso del ritual, crimen intrafamiliar y endogamia. El autor sostiene que la tragedia dramatizó mitos pre-monetarios influenciada por la monetización, por eso funde una forma tradicional (la transición etiológica encarnada en el ritual de la polis) con un nuevo contenido (la tiranía histórica). Su forma consiste en una crisis seguida por la restauración del bienestar de la comunidad. A partir de esta matriz teórica y lo desarrollado en las partes precedentes, Seaford dedica un capítulo al análisis de cada una de las obras de Esquilo (excluyendo Prometeo encadenado, considerada por él espúrea).
La cuarta parte, “The unity of opposites”, resulta uno de los capítulos más interesantes del libro, no sólo por la novedosa propuesta, sino por su ilustración meticulosa con innumerables ejemplos en griego y sus correspondientes traducciones. Seaford afirma que el efecto de la monetización en la cosmología y la interacción de los cronotopos etiológico y monetizado no fueron exclusivos de Esquilo, sino también de los filósofos presocráticos. El primer capítulo, “Form- parallelism and the unity of opposites”, comienza con la interacción de ambos cronotopos en la textura verbal de las obras a través de un tipo de locución que comparten y que Seaford llama “form-parallelism”: la yuxtaposición de dos unidades semánticas separadas que son paralelas en la sintaxis y en su forma, usualmente junto con la antítesis, la asonancia y el asyndeton. El autor ejemplifica ampliamente con casos de Siete contra Tebas, Agamenón, Coéforas y Persas. Además, se detiene en los pasajes dedicados a la balanza de Zeus (Ag. 160-6; Supp. 379-80 y 822-4), pues sostiene que la imagen proyecta la unión de los opuestos en un instrumento que, mediados por el dios, pueden ser diferenciados. En el segundo capítulo, “Aeschylus and Herakleitos”, Seaford resalta el hecho de que Esquilo fue contemporáneo de Heráclito y el pitagoreanismo temprano, un vínculo entre filosofía y drama poco explorado y mal interpretado. El autor no se preocupa aquí por responder si Esquilo estaba familiarizado con el trabajo de Heráclito, sino que entiende que las familiaridades entre ellos se deben a la relación con el tipo de sociedad a la que pertenecieron. Se detiene, en cambio, en que en ambos, a pesar de la diferencia de género y temas, el “form-parallelism” se usa para expresar no la completitud, sino su opuesto, la circularidad sin límites: en Heráclito del proceso cósmico, con cada elemento siendo constantemente transformado en su opuesto, y en Orestíada de sucesivos actos de violencia, opuestos pero idénticos, en los cuales el pariente es un enemigo y el vivo esta muerto. Finalmente, en el tercer capítulo, “From the unity of opposites to their differentiation”, se afirma que la síntesis de los cronotopos opuestos también contiene un conflicto, en el cual el etiológico prevalece sobre el monetizado: la victoria final de la polis es la victoria del límite sobre la falta de límites, de la diferenciación de los opuestos sobre su unidad, de la comunidad sobre el individuo. Mientras que en Heráclito no hay escape del ciclo cósmico (monetizado), sí lo hay en Orestíada, hacia el cronotopo etiológico. Este es el tema fundamental de la parte V.
“Cosmology of the integrated polis”, la última parte, comienza con “Metaphysics and the polis in Pythagoreanism”, donde Seaford afirma que, en el cosmos construido por el Pitagoreanismo del s. V, los opuestos retienen su identidad siendo combinados en un todo estable. Para el autor, los estudiosos anteriores han ignorado la tabla pitagórica de los diez pares de opuestos de Aristóteles (Met. 986a) y la importancia del número tres como mediador, que, a diferencia de Heráclito, privilegia el límite. Por eso Orestíada, como expone en el siguiente capítulo, titulado “Pythagoreanism in Aeschylus”, se mueve de la (heraclítea) unidad de opuestos que produce un ilimitado ciclo de violencia a la (pitagórica) integración de opuestos de la que depende la estabilidad permanente. Seaford propone que en Euménides los pares de opuestos están interconectados: cada par está alineado, directa o indirectamente, con cada uno de los otros, como en la tabla pitagórica de Aristóteles. La forma de la trilogía misma resulta análoga a la tríada pitagórica: la violencia de la primera obra se encuentra con la contra-violencia en la segunda, y esta oposición aparentemente sin límites es mediada en la tercera. Locución ritual, forma dramática, narrativa, polis y cosmología finalmete se unen coherentemente en el salvador, Zeus, quien, según sugiere Seaford, personifica la universalidad de la función del tres en el pitagoreanismo temprano. A continuación, se dedican apartados especiales al estudio del pitagoreanismo en la trilogía de las Danaides y de la figura de Zeus. El tercer y último capítulo es “Household, cosmos and polis”. Seaford analiza cómo la llegada de un outsider produce una crisis en la casa poderosa que termina con la fundación de un culto. Este patrón etiológico que ha analizado a lo largo del libro como común al Himno de Deméter, Bacantes, Siete contra Tebas, la trilogía de las Danaides y Orestíada es observado en este capítulo dentro del marco de desarrollo de la literatura ática, para diferenciarlo según dónde esté locado el drama: Persia, Argos (con Egipto), Atenas y Tebas (esquilea y sofoclea).
La publicación culmina con un breve pero no menos interesante apéndice denominado “Was there a skene for all the extant plays of Aeschylus?”, dedicado a contestar dos preguntas: cuándo fue introducida una skene permanente y qué tipo de telón de fondo tenían las tres obras más tempranas de Esquilo. Un index general y otro de los pasajes analizados dan cierre a este completo trabajo que se remata con una extensísima y actualizada bibliografía que resulta una excelente fuente de consulta para estudiosos de la tragedia y la filosofía.
El libro impacta por su visión global del mito, el ritual, la literatura, la filosofía y las prácticas sociales griegas, aunque, a veces, su esfuerzo por incluir tanto produce interpretaciones parciales y algo forzadas, especialmente de las tragedias, y su escritura se torna algo imbricada y recursiva. No obstante, el libro merece una minuciosa atención, incluso si no pueden aceptarse todas las propuestas del autor. Sin dudas, Cosmology and the Polis es un libro estimulante y erudito. En una época que lleva al límite la especialización, la mirada amplia de Seaford, sus audaces hipótesis y su brillante síntesis de los grandes temas que aborda despiertan admiración y un profundo respeto. Seaford cumple con la meta que se propone en el prefacio: “integrar poesía, performance, cosmología e historia, para poder apreciar el singular poder estético del drama esquileo”. Los entendidos en tragedia y en filosofía encontrarán aquí mucho para pensar y para debatir.
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